TIENE QUE DIMITIR MARGARITA ROBLES: LA MINISTRA QUE ABANDONÓ A LOS VALENCIANOS EN LA DANA DE 2024

Su negligencia, su soberbia y su desprecio por las víctimas convierten a Margarita Robles en el rostro más oscuro de una catástrofe nacional. Mientras Valencia se ahogaba, la ministra miraba hacia otro lado.

El 29 de octubre de 2024, la Comunitat Valenciana vivió una de las mayores tragedias naturales de su historia reciente. Miles de familias quedaron atrapadas por el agua, barrios enteros desaparecieron bajo el barro, y el Estado tardó horas en reaccionar.
Horas que costaron vidas.
Horas que dependían de una sola persona: Margarita Robles, ministra de Defensa del Gobierno de España.

Desde 2018, Robles dirige un ministerio que tiene bajo su mando directo la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el Ejército del Aire y del Espacio, dos cuerpos esenciales para salvar vidas cuando todo lo demás falla. Pero aquel día, cuando más falta hacía su intervención, la ministra se escondió detrás de los despachos.

La Ley 17/2015, de Protección Civil, en su artículo 28.2, no deja lugar a dudas:

“En los casos de emergencia de interés nacional, el Ministerio de Defensa pondrá a disposición los medios de las Fuerzas Armadas necesarios para garantizar la eficacia de la respuesta.”

La catástrofe de Valencia lo era: un escenario de emergencia nacional, con carreteras cortadas, municipios incomunicados y cientos de personas atrapadas. Pero la ministra no activó los medios militares hasta más de tres horas después de declararse la alerta roja.

A las 18:15 h, AEMET advertía de la situación crítica.
A las 20:36 h, Defensa firmaba la orden.
A las 22:30 h, los convoyes de la UME partían de Bétera.
A las 00:15 h, llegaban los primeros efectivos a Paiporta y Massanassa.
Para entonces, ya era tarde: la inundación había devorado calles enteras y los vecinos se refugiaban en los tejados.

⚠️ UNA MINISTRA AUSENTE, UN PAÍS HUÉRFANO

Mientras los valencianos pedían auxilio, el Ministerio de Defensa guardaba silencio.
El Centro de Operaciones de la UME (COPUME) no recibió ninguna orden hasta última hora.
No hubo helicópteros de rescate.
No se activaron corredores aéreos de emergencia.
No hubo mando, ni coordinación, ni humanidad.

Y cuando por fin habló, Robles no pidió perdón, no mostró empatía.
El 31 de octubre, en plena indignación social, se limitó a decir:

“El Ejército tiene una presencia disuasoria; lo que no puede hacer es asumir las labores que corresponden a otras administraciones.”

Una frase que resume su forma de gobernar: lavarse las manos y culpar a otros.
Los valencianos no pedían discursos, pedían socorro.
Y mientras las familias esperaban ayuda, la ministra se escondía detrás de las competencias autonómicas como un burócrata más.

❌ NEGLIGENCIA, DESPRECIO Y OMISIÓN

Según el artículo 36 de la Ley 40/2015, los altos cargos son responsables de los daños causados por “dolo, culpa o negligencia grave en el ejercicio de sus funciones”.
Y Robles encarna las tres.
• Tuvo conocimiento previo de los partes meteorológicos.
• Disponía de información satelital y de inteligencia militar.
• Sabía que la Comunitat Valenciana estaba en peligro.

Aun así, no activó los protocolos de emergencia militar, no supervisó la coordinación con el CECOPI, y no ordenó el despliegue de la UME hasta que todo estaba perdido.
Eso se llama negligencia grave por omisión, y es moralmente imperdonable.

💬 DECLARACIONES QUE INSULTAN A LAS VÍCTIMAS

Por si fuera poco, cuando el país esperaba humildad, Robles eligió la soberbia.
Primero dijo que el Ejército “no podía hacer el trabajo de las administraciones”.
Después, el 3 de noviembre, mientras en Valencia se seguía buscando desaparecidos, declaró:

“España siempre estará al lado de Marruecos cuando haya una tragedia.”

Una frase que cayó como un mazazo entre los valencianos.
El Gobierno que no ayudó a sus propios ciudadanos prometía asistencia inmediata a un país extranjero.
Ayuda para Marruecos, silencio para Valencia.
Esa fue la política de Robles.

🚫 SIN COMPARECER, SIN PEDIR PERDÓN, SIN DIGNIDAD

Ni compareció en Les Corts Valencianes, ni acudió al Congreso a dar explicaciones.
Bloqueó la creación de una comisión de investigación y no sancionó a ningún responsable militar.
La ministra que debía dar la cara eligió el silencio.
La ministra que debía mandar eligió desaparecer.

Mientras tanto, miles de valencianos reconstruyen sus casas con las manos y con una herida abierta que no cierra: la de haber sido abandonados por su propio gobierno.

📉 CONCLUSIÓN: UNA MINISTRA INDIGNA DE SU CARGO

Margarita Robles tuvo medios, información y poder para evitar el desastre.
No los usó.
Tuvo la oportunidad de rendir cuentas.
No lo hizo.
Tuvo la obligación moral de pedir perdón.
Y tampoco lo hizo.

Su gestión es un catálogo de errores y omisiones:

Fase Hechos Responsabilidad de Robles
Prevención Ignoró las alertas rojas, no activó el protocolo militar preventivo. Falta de previsión y liderazgo.
Emergencia (29-O) Orden tardía, sin coordinación ni anticipación. Negligencia operativa.
Gestión posterior No compareció ni depuró responsabilidades. Omisión política.
Comunicación pública Frases que minimizaron la tragedia y priorizaron la imagen exterior. Falta de empatía y dignidad institucional.

⚡ LA RESPONSABILIDAD POLÍTICA TIENE NOMBRE Y APELLIDOS

Margarita Robles debe dimitir de inmediato.
Porque quien tiene poder para salvar vidas y no lo usa, no merece seguir al frente de la Defensa de un país.
Porque cada minuto de retraso, cada silencio, cada excusa, pesa sobre su conciencia y sobre la memoria de las víctimas.

Mientras los valencianos gritaban desde los tejados, la ministra callaba en Madrid.
Mientras la gente perdía sus casas, ella daba lecciones de protocolo institucional.
Y mientras aún se contaban muertos, Robles prometía ayuda a Marruecos.

No fue un error. Fue una decisión.
Y toda decisión tiene consecuencias.
Por eso, Margarita Robles no puede seguir siendo ministra.
Porque cuando la patria necesitó a su ministra de Defensa, ella no defendió a nadie.

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