El Ayuntamiento de Paiporta ha entregado un total de 1.422 distinciones por la DANA del 29 de octubre de 2024, pero los datos oficiales revelan un desequilibrio abrumador en el reparto. Según información filtrada. De todas ellas, solo 29 medallas (≈2 %) fueron destinadas a la Guardia Civil del puesto de Paiporta, mientras que más de 1.350 (≈95 %) fueron otorgadas a policías locales de otros municipios de toda España, muchos de ellos de fuera de la Comunidad Valenciana.
Ni un solo agente del Cuerpo Nacional de Policía figura entre los reconocidos, y apenas un puñado de medallas llegó a Protección Civil o al propio personal municipal.
El resultado es evidente: la práctica totalidad de las condecoraciones se ha dirigido a cuerpos municipales ajenos, mientras que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) —que prestaron servicio real y arriesgaron su vida durante las horas más críticas de la catástrofe— han recibido una cantidad meramente simbólica.
Y ahí radica la paradoja: con este reparto de medallas, el propio Ayuntamiento reconoce de manera indirecta que el Gobierno de Pedro Sánchez no estuvo a la altura durante la emergencia.
El hecho de que más del 95 % de las distinciones se hayan entregado a cuerpos municipales de fuera de la localidad refleja, sin necesidad de palabras, que la respuesta efectiva llegó de otros municipios y comunidades autónomas, no del Ejecutivo central.
En otras palabras, Paiporta está agradeciendo a quienes sí acudieron cuando el Estado falló. Este gesto, aunque no lo diga abiertamente, admite que la verdadera ayuda no vino del Gobierno, sino de la solidaridad entre pueblos.
Resulta inevitable interpretar que la exclusión casi total de la Guardia Civil de Paiporta—un cuerpo que forma parte esencial del Estado y que estuvo en primera línea durante la catástrofe— responde más a un criterio ideológico que a uno de mérito.
Al tratarse de un ayuntamiento gobernado por el partido socialista, no pocos vecinos y agentes ven en este gesto una posible represalia simbólica hacia la institución que, en el ámbito nacional, ha destapado casos de corrupción que salpican al PSOE, como los vinculados a José Luis Ábalos y la trama Koldo.
Una actitud que, según estas interpretaciones, reproduce a escala local el mismo trato de marginación y desprecio que el Gobierno central ha mostrado hacia la Guardia Civil en los últimos años.
Fuentes cercanas al cuartel de la Guardia Civil de Paiporta confirman que existe malestar entre muchos agentes, especialmente entre los que participaron directamente en los rescates y evacuaciones, al sentirse olvidados por el propio Ayuntamiento. Según testimonios recabados, “el esfuerzo de algunos solo se reconoce fuera, pero no en casa”.
A este descontento se suma el hecho de que la “Medalla Roja al Mérito Profesional”, la de mayor categoría honorífica, no ha llegado a todo el personal que intervino con sacrificio y riesgo personal.
Esta distinción —según la normativa— reconoce actos de especial valor, entrega y heroísmo en situaciones de grave riesgo o catástrofe, otorgándose a quienes protegen vidas o bienes ajenos, poniendo en peligro los suyos propios.
Sin embargo, varios agentes de la Guardia Civil que participaron en los rescates no han sido incluidos, pese a haber estado entre los primeros en intervenir cuando Paiporta quedó anegada por el agua.
El resultado final es un homenaje descompensado, que premia a centenares de cuerpos externos, pero minimiza el papel de quienes realmente sirvieron aquí, en las calles inundadas y entre los vecinos atrapados.
En definitiva, este reparto no solo refleja desigualdad, sino también una verdad incómoda: que la verdadera coordinación y ayuda no vino del Gobierno Nacional, sino del esfuerzo de los pueblos y de las Fuerzas que siempre están —aunque algunos prefieran olvidarlo—.
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