LA VOZ DE PAIPORTA
7 de junio de 2025

Cinco meses después de la DANA, Paiporta sigue sin respuestas: PSOE y PP se reparten culpas

Retraso y falta de planificación: la gestión de la DANA sigue dejando dudas en Paiporta, Benetússer y Catarroja

Más de cuatro meses después de la devastadora DANA que golpeó la comarca, la Generalitat Valenciana ha anunciado un plan para la inspección de 885 sótanos en once municipios afectados, entre ellos Paiporta, Benetússer y Catarroja. Las alcaldesas de estos municipios, Maribel Albalat (Paiporta), Eva Sanz (Benetússer) y Lorena Silvent (Catarroja), todas del PSPV-PSOE, han celebrado la decisión, asegurando que fue fruto de sus insistentes peticiones ante la administración autonómica. Sin embargo, esta medida llega demasiado tarde y deja en evidencia la falta de previsión y gestión tanto del Consell, dirigido por el PP, como de los propios ayuntamientos socialistas.

Imagen facilitada por Levante y RTVE

Una respuesta tardía a una crisis evidente

Según informa Levante-EMV, las alcaldesas llevaron la propuesta de revisión de estructuras al Centro de Coordinación Operativa Integral (Cecopi) en enero, meses después del desastre, cuando los informes técnicos ya advertían del riesgo estructural en los edificios con garajes inundados durante semanas. Lo preocupante es que esta petición no debería haber sido una sugerencia, sino una medida inmediata desde el primer momento. ¿Cuántos daños irreparables podrían haberse evitado con una actuación temprana?

Mientras los responsables políticos anuncian ahora con entusiasmo la revisión de edificios, cientos de vecinos han pasado meses atrapados en sus propias casas, sin poder utilizar ascensores averiados y sin soluciones reales para su situación. Como han denunciado asociaciones de afectados, las reparaciones han sido lentas y descoordinadas, dejando en evidencia la ineficiencia administrativa.

Silencio y falta de liderazgo en Paiporta

Las críticas no solo recaen en la Generalitat Valenciana. En los municipios afectados, la gestión local ha dejado mucho que desear. Las tres alcaldesas se presentan ahora como impulsoras de soluciones, cuando en realidad han llegado tarde y sin una planificación clara. Como ha señalado la prensa, las ediles tuvieron que acudir por sorpresa a reuniones del Cecopi para exigir atención, lo que demuestra que los canales de comunicación y gestión de emergencias no han funcionado como deberían.

En el caso concreto de Paiporta, Maribel Albalat no puede excusarse en la falta de recursos o en la responsabilidad de otras administraciones. Su gobierno ha demostrado una absoluta falta de diligencia en la gestión de la crisis, con una incapacidad evidente para atender a los vecinos de manera eficaz. El retraso en la limpieza de calles, la falta de información clara a la ciudadanía y la ausencia de soluciones rápidas han agravado la situación en el municipio. No solo ha fallado en la interlocución con otras instituciones, sino que además su propio equipo de gobierno ha sido incapaz de coordinar una respuesta eficiente en el ámbito local.

El PP en la Generalitat también falla

El Partido Popular, que dirige la Generalitat, tampoco ha estado a la altura. La falta de protocolos claros y la lentitud en la implementación de soluciones evidencian una gestión improvisada y reactiva, en lugar de una estrategia bien estructurada ante situaciones de crisis.

Un protocolo de emergencias que sigue sin existir

Otra de las demandas de los ayuntamientos ha sido la creación de un protocolo común de actuación municipal en situaciones de emergencia, para evitar el caos y la improvisación en futuras crisis. Sin embargo, nada se ha concretado aún. Las recientes alertas meteorológicas en la Comunidad Valenciana han demostrado que cada municipio sigue tomando decisiones de manera descoordinada y sin criterios uniformes, afectando la seguridad y la tranquilidad de los ciudadanos.

Mientras tanto, el tiempo sigue pasando, y los vecinos de Paiporta, Benetússer y Catarroja siguen esperando soluciones reales. Lo que se presenta ahora como un avance debería haber sido una prioridad desde el primer día. La pregunta es clara: ¿Cuántas más decisiones urgentes se tomarán demasiado tarde?

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